Últimamente, los acontecimientos taurinos se han visto manchados por protestas antitaurinas, la mayoría de las veces, por radicales catalanes.
La forma de actuar de estos grupos radicales es unirse a protestas, celebraciones, etc... de ciudadanos como tú y como yo, aprovechándose del anonimato que le dan las multitudes para poder actuar ocasionando destrozos, atacando a la policía, etc... mientras que ensucian la imagen del resto de ciudadanos.
El matar a un toro en una plaza no me parece la mejor manera de morir, ni que los cerdos estén hacinados en un camión durante 600 Km pero lo que no me parece bien es que una persona que no se considera Española, ensucie la imagen del resto de los Españoles y más que intente eliminar los signos de identidad de mi país, los cuales queramos o no, nos identifican en todo el mundo.
Bueno, como dicen muchos, este país es libre y "la libertad de una persona termina cuando empieza la libertad de otra".
Una de las cosas que se me quedó grabada en nuestro viaje de novios fué que
"En Bali está todo permitido siempre y cuando no se perjudique a nadie".
Hay que respetar a la gente tanto a los que les gusta los toros como a los que no.

Fue en 1956 cuando el Grupo Osborne encargó a la agencia publicitaria Azor el diseño de un símbolo que sirviera para anunciar el brandy Veterano en vallas publicitarias, y que inicialmente consistió en una silueta de 4 metros de altura, con los cuernos pintados en blanco, y un rótulo con letras rojas que anunciaba la bebida.
El año 1962 supuso para el toro de Osborne la consagración a nivel nacional, ya que una nueva normativa acerca de los carteles publicitarios en carretera, permitió la instalación de vallas de hasta 14 metros de altura, de manera que la silueta del toro luciría en todo su esplendor recortando el horizonte sobre numerosos cerros de toda la geografía española.
Así fue como le conocimos los niños de los 70's. Así fue como desde los asientos traseros de los turismos que conducían nuestros padres, veíamos las hechuras del toro bravo que se exhibía desafiante, soberbio y convencido de que se trataba de un auténtico emblema nacional... y así era.
Los entendidos en eso de la crianza de reses bravas afirman que el toro español de ley, está concebido única y exclusivamente para ser lidiado en plazas. Quizá por eso, y después de esos victoriosos años 60's, 70's y gran parte de los 80's en los que el toro estaba allí, luciendo su aguerrida figura, empezó a sufrir alguna que otra estocada por parte de grupos nacionalistas en Catalunya y Galicia, y en acciones en contra de la simbología española. En dichas acciones numerosos toros fueron derribados o pintados, aunque hay que decir que la primera estocada la recibió en 1994 cuando la Ley General de Carreteras obligó a retirar la publicidad de cualquier lugar visible desde cualquier carretera estatal. No fueron pocas las comunidades autónomas, municipios y diversas asociaciones culturales, e incluso personajes públicos los que se pronunciaron a favor del mantenimiento del ibérico toro, hasta el punto de que La Junta de Andalucía pidió su catalogación como “bien cultural”, y finalmente, en 1997 el Tribunal Supremo dictó sentencia en favor del mantenimiento de los toros de Osborne debido a su “interés estético y cultural”. Con esto, la emblemática figura dejó de ser un símbolo estrictamente comercial y en la actualidad cerca de 90 toros siguen formando parte del paisaje español.
Personalmente no me desagrada la presencia del toro de Osborne en las carreteras; al contrario, para mi se trata de uno más de los muchos recuerdos que conservo de mi infancia y que me gusta volver a ver de vez en cuando. Además, simboliza un toro en libertad y no deja de tratarse de un montón de tablas de madera contrachapadas en metal.

Sin duda que la decisión tomada en Catalunya de abolir las corridas de toros ha dejado el ambiente calentito, y así que en diversas partes de la geografía española se sucedan actos similares a los de Sacedón.
En mi opinión, la abolición era necesaria en contra de lo que puedan decir los ya citados entendidos en la crianza de reses bravas o aficionados que esgrimen argumentos tales como que si las corridas de toros desapareciesen, desaparecería con ellas la raza de toros de ley. Pues que quieren que les diga; ahí los entendidos criadores pasan a ser interesados y obviamente velan por sus intereses más que por los del propio toro, que tampoco entiendo yo qué necesidad hay de criar una... “raza” cuyo único destino es el de ser sacrificada en una plaza. Recordemos que cuando hablamos del toro, del auténtico, ya no nos estamos refiriendo a tablas de madera contrachapadas en metal, y no es necesario ser ningún activista en defensa de los animales para darse cuenta de que –ni a un morlaco “criado para tal fin”-, le deben hacer la menor gracia todas las tropelías a las que se le somete en una plaza.
En lo referente a la tradición, el folklore y lo que tiene de “cultura” me sucede algo similar a lo que le pasaba al diseñadorManolo Prieto; no me gustaría que un país con tantas tradiciones y riqueza cultural fuese conocido a nivel internacional por una fiesta que no me representa en absoluto. Creo que ya pasaron los tiempos en los que servía eso de dar la imagen de una España unida y patria sobrevalorando determinados símbolos y festejos en detrimento de valores más importantes como idiomas propios, que no sólo son claros elementos de identidad, de tradición y de cultura sino que además, transmiten una mejor imagen de lo que debería ser un país plural a nivel social y cultural. Por el contrario, dichos elementos de identidad eran, y aunque parezca increíble, siguen siendo eclipsados por la “Fiesta Nacional” y demás polémicas rancias, anacrónicas y cañís. Prueba de ello es la airada reacción del Partido Popular que, una vez más, tratará de llevar al constitucional algo que en Catalunya lleva moviéndose desde hace muchos años y que finalmente se decidió con el apoyo de una mayoría que siguieron todos los cauces políticos adecuados y democráticos.

Desgraciadamente las vacaciones del señor Rajoy terminaron ya. Desearía sinceramente que las decisiones que el Partido Populartomase a partir de este mes de Septiembre tuviesen mucho que ver con la defensa seria de todas las diversas identidades que conforman este país. Que entendiese que la abolición de las corridas de toros en Canarias o en Catalunya no significa la abolición de las mismas en el resto de España. Que una decisión tomada democráticamente en una comunidad autónoma no significa una imposición en todo el país, y que del mismo modo, y una vez la decisión ha sido aprobada, no se nos debe imponer tampoco nada.
Así pues, menos toros... y más corridas.
Siguiendo la vieja tradición de terminar la semana con un tema musical, les dejo esta bonita canción, que sin duda gustará a los nostálgicos, y que está interpretada por el incombustible Manolo Escobar. Va por ustedes!... y Olé!
Yo creo que es Política
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