martes, 1 de marzo de 2011

IDEAS BÁSICAS. Los pagarés de Nueva Rumasa y sus "peculiaridades".


Hola de nuevo a todos,

El pasado 23 de octubre de 2010, hacía una entrada en la que quería resaltar la importancia que para cualquier inversión deben tener lo que se denomina el triángulo inversor, es decir, la rentabilidad, el riesgo y la liquidez de la misma. En el décimo párrafo de dicha entrada figuraba lo siguiente:

"Cuando uno lee en la prensa, que una conocida marca juguetera, va a ofrecer el 9,75% por obligaciones de esa empresa a tres años o, cuando uno ve en la televisión que un conocido grupo agroalimentario, ofrece el 10% de rentabilidad en una emisión de pagarés a dos años, tiene que tener en cuenta que la relación rentabilidad-riesgo es muy clara. Puedes ganar mucho más porque asumes mucho más riesgo. Es así de sencillo".

Pues bien, por prudencia no quise hacer mención expresa de a qué dos empresas me estaba refiriendo, no fuese a estigmatizar a las mismas infundadamente. A día de hoy, cuando los hechos actuales parecen confirmar mi desconfianza pasada, puedo aclarar que cuando me refería a un "conocido grupo agroalimentario", estaba haciendo referencia a Nueva Rumasa, y que cuando hacía referencia a una "conocida marca juguetera", estaba haciendo referencia aZinkia, empresa que cotiza en Bolsa y que comercializa el conocido muñeco Pocoyó.

Lamentablemente para sus intereses, Zinkia cubrió un porcentaje ridículo de aquella "maravillosa" emisión de obligaciones al 9,75% y parece ser, por lo que he leído últimamente en la prensa económica, que tiene serios problemas para obtener préstamos bancarios, siendo necesario para que se los concedan ofrecer como garantías las propias acciones de la empresa. Cuidado si alguien ha pensado comprar acciones de esta empresa, no está ni mucho menos en su mejor momento financiero.

De Nueva Rumasa y de sus "maravillosos" pagarés, intentaré dar mi humilde y constructiva opinión al respecto.

La RENTABILIDAD que ofrecían las sucesivas emisiones de pagarés que con tanta alegría se publicitaban en varias medios de comunicación, iban desde el 8% al 12%. En principio, una rentabilidad tremendamente atractiva y, bajo mi punto de vista, tremendamente poco explicada.

Cualquier inversor medianamente prudente y sensato, debería desconfiar de una sociedad que ofrece dichos rendimientos cuando los tipos oficiales del dinero rondan el 1% en la zona euro o, cuando empresas de la solvencia financiera del Banco Santander o de Telefónica, no precisan pagar más del 4% por sus emisiones de deuda subordinada, en el caso del Banco Santander, o de pagarés, en el caso de Telefónica. No deja de ser muy llamativo, y tremendamente sospechoso, queNueva Rumasa tuviera que pagar el triple de dicho interés para poder financiarse.

La mayor rentabilidad ofrecida solo tiene como explicación, el mayor riesgo o la menor solvencia de la empresa emisora de los pagarés. Cuando no se ofrece suficiente solvencia, la única forma de captar el dinero de los inversores es ofrecer mayores rendimientos, que compensen el mayor riesgo asumido en la inversión.

Sólo quiero recordar que cuando los bonos griegos a 10 años, o sus homólogos irlandeses, superaron la rentabilidad del 7,5%, hubo que intervenir dichos países porque ya se consideró que ese coste de financiación era inasumible para dichos Estados. No parece muy razonable pensar que si para dos Estados soberanos un coste de financiación del 7,5% era inasumible, para una empresa como Nueva Rumasa, fuese posible, creíble y viable financieramente asumir un coste de financiación de hasta el 12%.

Con todos mis respetos y sin ánimo de ofender a nadie, esa rentabilidad de hasta el 12% es propia de un bono basura y no de una inversión que asegure una rentabilidad razonablecon garantías de poder recuperar el capital invertido, que dicho sea de paso, es a lo que debería aspirar cualquier inversor de tipo medio, entre los que me incluyo.

Si a esto añadimos la ILIQUIDEZ ABSOLUTA de los pagarés de Nueva Rumasa, nadie con un poco de cultura financiera entiende que se ponga un solo euro comprando estos pagarés.

El hecho de no poder vender los pagarés en un mercado secundario, porque no estaban admitidos a cotización oficial alguna, hace que los inversores ahora mismo estén atados de piés y manos, atrapados en una inversión de la que no pueden salir, de la que no pueden desprenderse.

Nadie deberia poner su dinero en una inversión que te pone serios impedimentos para salir de la misma, ya que ello supone asumir un coste demasiado elevado que muy pocas personas pueden asumir.

Para finalizar, en cuanto al RIESGO de la inversión, si la actual fase de pre-concurso, acaba en concurso de acreedores, el orden de prelación para el cobro de los diferentes créditos, no es el más favorable a los intereses de los tenedores de los pagarés.

Tendrán prioridad para cobrar las cantidades invertidas aquellos que hubieran acudido a una emisión de pagarés que contara con una "garantía real" (denominados, acreedores con privilegio especial) que asegurase la devolución de la inversión, algo que sí se daba en la tercera emisión de pagarés de Nueva Rumasa, que ofrecía una rentabilidad del 8%.

En la publicidad de dicha emisión, se hacía referencia expresa a la existencia de una "garantía real ante notario", constituida por las existencias de brandy de jerez de la marca "Conde de Jerez", con un valor de 1.200 millones de euros.

Dudo muy mucho que los compradores de dichos pagarés conociesen que realmente la garantía de su dinero consistía básicamente en brandy contenido en barricas de roble. Me cuesta mucho creer que alguien pueda poner su dinero en una inversión garantizada por brandy en barricas de roble. Solamente desconociendo ese hecho, sería entendible la compra de dichos pagarés.

El gran problema de dichas existencias, aparte de si es o no real la valoración dada a las mismas, es que son muy difíciles de controlar, de modo que si por el motivo que fuere desapareciesen, los inversores pasarán de tener privilegio de cobro a ser acreedores ordinarios, dificultando claramente sus posibilidades de cobro.

Este carácter de acreedores ordinarios, es el que tendrán los inversores en pagarés no garantizados, lo que significa que cobrarán después de que lo hayan hecho los acreedores privilegiados generales (veáse Hacienda o la Seguridad Social) y los acreedores privilegiados especiales, como los mencionados anteriormente.

A finales de 2010 y principios de 2011, Clesa y Dhul anunciaron la emisión de ampliaciones de capital a las que se podía acudir suscribiendo participaciones mínimas de 50.000 euros, recibiendo un interés anual del 10%. Quienes acudieron a estas ampliaciones de capital y a día de hoy tienen el carácter de accionista, son quienes ocupan la peor posición posible, es decir, serán los últimos en cobrar.

Mucho me temo, que todos estos "pequeños inconvenientes", poco o nada se explicaron a quienes de buena fe y posiblemente sin toda la información necesaria, suscribieron los pagarés de Nueva Rumasa. Una vez más, el desconocimiento financiero va a suponer que en torno a unos 5.000 inversores, pierdan gran parte de su dinero en una inversión nada líquida, con riesgos considerables y a la que nadie debería haber acudido.

Un saludo, y toda la suerte del mundo para quienes estén implicados en el tema.